domingo, 30 de noviembre de 2008

De viaje por Bulgaria: Plovdiv y Bachkovo (V)


Plovdiv es la segunda ciudad más importante de Bulgaria y, en mi opinión, la más bonita. La ciudad fue construida en torno a siete colinas a las orillas del río Maritza. Plovdiv es una de las ciudades más antiguas de Europa, contemporánea a Troya o Micena.

Fruto de su dilatada historia y su estratégico emplazamiento hoy en día cuenta con un excelente patrimonio cultural, destacando la arquitectura tradicional del Renacenacer Nacional Búlgaro
(época conocida también como el Renacimiento Búlgaro bajo la ocupación otomana), y el Anfiteatro Romano. Aquí la mejor opción es nuevamente callejear sin rumbo fijo por toda la colina donde se sitúa la antigua ciudad y no perderse ninguno de sus rincones, iglesias, museos...

También podemos disfrutar del centro de la ciudad, moderno, peatonal, lleno de tiendas, terrazas, parques... y si todavía nos quedan ganas de caminar podemos ascender otras de las colinas, Bunardjika o de los Liberadores, coronada por un monumento a los soldados soviéticos que ayudaron en la lucha contra el imperio turco, desde donde disfrutar de una bonita vista.

Una vez en Plovdiv la visita al monasterio de Banchkovo es ineludible. Se trata del segundo monasterio más importante del país, tras Rila, aunque tal vez el que más devoción tiene hoy en día. Al contrario que en la mayoría de los lugares turísticos, donde siempre intentaremos evitar las visitas en fin de semana, Bachkovo se merece un sábado o un domingo, días en que son los propios búlgaros los que se acercan hasta allí, para comprar alguna cosa en el mercadillo que da acceso al monasterio, para realizar sus plegarias y aprovechar el viaje para dar un paseo por los alrededores, pues está situado en un paraje natural precioso. También es uno de los lugares de encuentro para la comunidad gitana búlgara.

Algunos consejos. Si llegáis y veis una cola enorme en una de las puertas laterales de la iglesia ni se os ocurra poneros a esperar: La cola es para besar un icono de la virgen, mientras que la puerta principal está libre de gente. Si decidís pasear no os quedéis en la cascada. Continuar un poco más el sendero hasta unos prados y un poco más arriba hasta un pequeño recinto amurallado, que alberga una fuente y dos impresionantes plátanos. Y por último aprovechad para comer en el restaurante que hay alguna especialidad búlgara acompañada de un buen ayran.

Plovdiv es una ciudad muy bien comunicada, por tren y por autobús, con todo el país. Para llegar hasta Banchkovo también hay numerosos autobuses. Para dormir os recomiendo el Hikers Hostel, nuevo, con un personal encantador y en pleno casco antiguo. Además cuenta con una habitación doble verdaderamente curiosa... aprovechando una zona abuhardillada de la casa. Si no hay sitio parece que en los últimos tiempos han abiertos más albergues modernos y ajustados de precio, y sino... siempre queda el PBI Hostel, en el centro de la ciudad, bastante sencillo y sin desayuno.

El post comienza con una imagen típica de las vistas de Plovdiv desde el Anfiteatro. En las siguientes fotos una calle típica de la ciudad y algunas vistas de Bachkovo: el mercadillo a la entrada, la iglesia y la fuente con los dos plátanos.









De viaje por Bulgaria (I)
De viaje por Bulgaria: Sofia (II)
De viaje por Bulgaria: Rila y Melnik (III)
De viaje por Bulgaria: Veliko Tarnovo y Preobrazhénki (IV)

lunes, 17 de noviembre de 2008

Fronteras

- Deseamos que nos mostréis vuestra documentación.

El silencio que siguió me hizo ver que Ekomo se encontraba tan sorprendido como yo.

Finalmente contestó:

- Sólo deseamos llegar al hospital de la ciudad. Soy un enfermo.

- ¿Y los enfermos no llevan documentación? ¡Venid acá!

Después de seguirles durante un buen trecho, nos hicieron entrar en un sitio estrecho donde nos preguntaron muchas cosas, insistiendo siempre que deberíamos llevar papeles que nos permitieran cruzar la frontera. Entonces, Ekomo, impaciente, conestó del siguiente modo:

- En nuestro país, nadie nos da esas cosas. Nadie se preocupa allí de saber si hemos de salir o entrar, si tenemos papeles o no. Es más, podría asegurar que nadie los tiene y si a alguno se le ocurriese, dado el tiempo de revoluciones en el que corremos, estoy seguro que a éste es le metería en la cárcel por tener ideas políticas. Somos guineanos. Estoy enfermo. Me han dicho que allá hay un médico que quizás pueda curar mi mal. Dejadme pasar, hermanos, nadie le pregunta a un perro a dónde va o de dónde viene y nadie se preocupa de darle papeles. Dejadnos pasar."

Nsue, M (1985). Ekomo. Madrid: UNED. (la cursiva está en el original)

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Ekomo es una novela que no trata sobre migraciones. Es la historia de una mujer fang Ntumu, de la tribu Esasom. Sólo en este pasaje del libro necesitan llamarse guineanos (ecuatoguineanos).

¿Cómo una persona tiene que presentarse como un perro para poder caminar sobre la tierra?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La señora Juana

A finales de octubre, el 30 ó el 31, murió la señora Juana.

Había nacido el 28 de noviembre de1913 en Manganeses de la Lampreana, en Zamora.

Yo la conocí durante las últimas vacaciones de navidad. Tuve la oportunidad de realizarle una entrevista de vida. Fue una oportunidad porque la entrevista y su posterior análisis fue uno de los trabajos más largos y complicados que he realizado como estudiante, pero adquirió una dimensión personal que lo convirtió en una preciosa experiencia. No fue sólo mi caso. Una compañera siguió visitando a la señora que conoció en una residencia de ancianos y que se encontraba muy sola. Yo no le volví a ver. La entrevista la realicé en Vitoria-Gasteiz y la señora Juana vivía por temporadas con sus hijos y su hija, entre Gasteiz, Madrid y Manganeses. Yo ahora mismo vivo en Barcelona.

Sólo fue una tarde, pero pude conocer la historia de la señora Juana, como no llegué a conocer la de mi propio abuelo, como tal vez no llegue a conocer la de mi propia madre. Tengo una grabación de 74 minutos con ella, donde no sólo explica que le pasó durante su vida, sino donde se enfada con un mundo que siempre la juzgó, donde explica lo duro que fue salir adelante. Nunca se le dio una oportunidad, pero las cosas han cambiado radicalmente y en los nuevo tiempos ella ya no importaba, y las costumbres y valores que le impusieron tampoco.

Conocí a la señora Juana de rebote. Ya había realizado una entrevista, pero maravillas de la técnica, o mejor dicho, estupidez propia, la primera entrevista no quedó registrada. Aquella fue al abuelo José. No es mi abuelo, pero al abuelo José le conozco desde pequeñita. Era el abuelo de mi prima, era vecino en la Era y era quinto y amigo de mi abuelo materno. Así que el tío Pelillos, para mí ,era el abuelo José. Él sigue vivo, y son aun más años que los de la señora Juana, y también tiene su historia, o mejor dicho, tiene dos historias, la que me explicó y la que que no queda bien de contar a una joven. Pero esa es otra historia, y mira, lo que fue un gran disgusto terminó siendo un aprendizaje para encarar la entrevista de la señora Juana.


Por la señora Juana, por que por fin descanse sin que nadie tenga derecho a juzgarle.

martes, 11 de noviembre de 2008

Cargolet de colors


Un nou petit cargolet per la col·lecció, fent manualitats als campaments d'estiu.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Sobre la opción de no tener, o sí, descendencia

No quiero tener hijos ni hijas. Nunca. Al menos es lo que pienso a día de hoy. Acepto que la vida da muchas vueltas y quién sabe lo que pensaré mañana. No por ello no respeto a quien lo desee. Les planteo a los que comparten conmigo cierto estado del bienestar (no precisamente procurado por el estado), eso sí, una duda respecto a tener hijos engendrados por ellos mismos o adoptados. No entiendo porqué el deseo de tener un hijo o hija propia se limita a aquel que lleva tu sangre, tus genes, tu raza. Son muchos los niños en el mundo que mueren al día y muchos más los que a pesar de no morir están desprotegidos, viven en la pobreza y la exclusión social toda su vida. No entiendo porqué el deseo de la mayoría de la gente no tiene que ver con ayudar a un ser humano a crecer y a tener una vida feliz, sino a tener hijos propios.


Pero discusiones como la anterior a parte, lo que verdaderamente sorprende, escandaliza y por momentos molesta y cabrea a mucha gente es simplemente la negativa a querer tener descendencia. Yo no les acoso a ellos a preguntas sobre su deseo, o incluso su necesidad, pero ellos parecen sentirse atacados por mi discordante parecer. Parece que no aceptan mi opción vital. Te interrogan como si nunca hubiesen pensado sobre la posibilidad de no tenerlos, como si ni tan siquiera existiera esa opción en sus vidas. Reaccionan como si atacaras ya no una opción, un deseo, o una necesidad propia, sino una creencia. Preguntan el porqué, cuál es el trauma infantil o personal que tengo, qué grave problema familiar he sufrido, cómo puedo ser tan egoísta, para qué he venido al mundo... que lo que tengo es miedo a parir, que si todos pensaran como yo el mundo se acabaría, o incluso que si tan poco me importa la vida por qué no me suicido (?).

Ha cambiado mucho en los últimos 50 años la concepción de los hijos e hijas. Mi padre y mi madre fueron concebidos por motivos económicos, como mano de obra barata. Ellos se encontraron formando una familia lejos de su origen rural. Sin embargo habían sido educados con el mismo ideal vital, formar una familia, es decir, casarse y tener hijos e hijas. Nuestros padres y madres ya no tuvieron su descendencia por motivos económicos, así que la mayoría no sólo no nos han explotado laboralmente sino que se han esforzado por darnos aquello que ellos no pudieron disfrutar, es decir, se han preocupado por explotarnos intelectualmente (en algunos casos también físicamente, como puede ser la práctica deportiva). Hoy en día los jóvenes comprueban como el núcleo familiar de referencia se diluye entre muchos nuevos modelos. Hoy en día no hay un objetivo vital único, la procreación... ¿o sí?

Nuestro abuelos y abuelas necesitaban a sus hijos para mantener su sistema económico, pero sin duda les querían muchísimo. Nuestros padres no nos necesitan para nada y sólo se preocupan de que tengamos lo que ellos no tuvieron y además nos quieren muchísimo. Nosotros podemos tener hijos e hijas simplemente para quererlos muchísimo... Pero está claro que necesitamos razones para justificar la pérdida económica que hoy en día suponen, el tiempo que arrebatan, la vida que limitan de forma radical... No es simplemente la necesidad de amar la que impulsa a los padres de hoy en día: "dan sentido a mi vida, me realizan como persona, son la alegría de la casa, es una satisfacción verlos crecer"... Y a fin de cuenta ¿qué otra cosa puede conseguir darnos mejor todo esto que un hijo o una hija?

Que nadie se tome éste post demasiado en serio. Son simples pinceladas para orientar la reflexión, que muchos considerarán maniqueas o malintencionadas. Intento explicarme por qué la gente se siente tan atacada por una opción personal, por algo que no les afecta, no es ni su vida, ni su familia, ni su descendencia (todavía que lo haga mi madre puedo entenderlo).

lunes, 3 de noviembre de 2008

La primera cita

Cuando yo llegué él ya estaba allí, pero no reaccionó ante mi presencia y yo no le dije nada.
A la hora marcada sonó una campana lejana. Volvió de su mundo y me preguntó:

- Hola ¿hace mucho que has llegado?

Dudé antes de contestar. ¿Llegaba entonces y yo me lo había imaginado?

Una cosa estaba clara. En aquella relación sólo uno de los dos estaba loco. Así que contesté dejando claro que el papel de loco no tenía porqué tocarle a él.