lunes, 30 de abril de 2007

Realidad publicitaria

Amo a Laura era una campaña publicitaria; el robo del sillón del presidente en el congreso era una campaña publicitaria; la subasta de cierto fluido corporal en Internet para hacerse famoso era una campaña publicitaria con un briefing detrás.

Técnicas below the line, marketing de guerrilla, marketing viral, buzz marketing...

Algunos se preguntan: ¿si todo es publicidad qué nos queda de real en nuestra sociedad? Esas campañas son la realidad: hay una canción, hay un sillón, hay un tío trepa (uno de las más trepas que conozco). Existen, no son meras ideas o simples mensajes comunicativos.

La realidad publicitaria es la única realidad que existe en nuestra sociedad. Ésta se autopromociona constantemente, los elementos que la conforman tienen como razón de ser venderse. Es una obra perfecta del capitalismo, sin distorsiones de ningún tipo, es la concepción de la vida como un proceso de venta: te vendes tú, se venden tus ideas, tus hábitos, tus gustos, tu entorno material, tu concepción espiritual. Me vendo yo en cada palabra, en la intimidad, cuando no tengo a quien venderme, me vendo a mi misma, a mi autocomplacencia, a mis expectativas, a mi moral.

Tal vez para entender nuestra sociedad tenga tanto sentido estudiar Publicidad como estudiar Sociología.

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Tal vez por eso en el fondo nos entendemos.

4 comentarios:

David dijo...

pues lo de la "subasta de cierto fluido corporal" no pillo, no me deberia llegar la publicidad o no estaria en el "target" al que iba destinado...

Anónimo dijo...

Lo que de verdad no tiene sentido hoy en día es estudiar sociología, xD… Porque para entender la sociedad “a nuestra manera”, en realidad, tanto da estudiar publicidad que derecho, historia o economía, como hacerse comunista, fascista, nacionalista o feminista. Todas son visiones explicativas de la realidad social, y todas ellas pueden darnos una explicación más o menos convincente para nosotros de lo que ocurre a nuestro alrededor y de cuál es nuestra posición (o nuestra “misión”) social. Pero sobre todo, hablando de ciencias sociales, lo que pasa es que todas las disciplinas coinciden muchas veces en estudiar los mismos fenómenos, pero cada una de ellas trata de responder a distintas preguntas según su particular perspectiva.

La diferencia entre publicidad y sociología radica en la disparidad de sus objetivos. Una buena campaña publicitaria es aquella que “funciona”, sin importar tanto la mayor o menor consistencia teórica sobre la que se sustente. Uno puede ser un excelente conductor sin tener mucha idea de mecánica o del funcionamiento interno del motor de su propio coche.

Por lo tanto, la realidad publicitaria no existe como tal, lo que existe es una realidad social que admite múltiples lecturas, desde la publicidad es una de ellas, pero también desde la sociología, desde la economía, desde la historia, la medicina… o desde cualquier ideología en la que nos queramos situar, pues todas son “concepciones de la vida”. Amo a Laura, se puede ver como el resultado de una excelente (o nefasta) campaña de promoción, o como una simpática canción muy “progre”, pero también como un instrumento de control ideológico, o incluso como una mofa intolerable de los valores tradicionales. Claro que hay una canción, un sillón y un tío trepa, pero lo que importa es cómo lo interpretamos, y que esa interpretación esté en manos mayoritariamente, en este caso, de los publicistas y publicitarios (que a su vez, se deben a quien les paga) es otra historia, pero no es la única (es bueno siempre saber quién nos cuenta las cosas y por qué).

Pero la publicidad tal y como hoy se conoce es un producto histórico concreto, aunque tampoco creo que sea un producto perfecto y deliberado del capitalismo (más bien de los muchos capitalismos que hubo en la historia). En una sociedad que ha sido denominada por algunos “de consumo” y por otros “de la información” (según donde quiera uno poner el acento), la publicidad ocupa un espacio estratégico en la transmisión de información. La publicidad vende productos, servicios e incluso ideas (propaganda), tratando de influenciar las opiniones y comportamientos de las personas. Se puede decir que al servicio del mercado y del capitalismo, pero eso es más el contexto en que se mueve que un producto propio. Hay muchas más actividades en la sociedad que requieren la “manipulación” de personas (médicos, educadores sociales, por poner algún ejemplo, pero que tienen una mayor “justificación moral”).

Por otra parte, la publicidad como profesión (¿los publicitarios?), intenta defender, controlar y hacer suyo su parcela de conocimiento (y por tanto, de poder). Se crea un cuerpo de “expertos” y se trata de alejar las influencias o ingerencias de otros afines. El “efecto llamada” de la vocación, las características innatas y particularísimas (la creatividad, la osadía)… todo ello rodeando de un áurea diferenciadora de su propio campo de estudio, a través, quizás, de un nuevo lenguaje “esotérico” capaz de disuadir a los “no-expertos” en la materia (briefing, técnicas below the line, marketing de guerrilla, marketing viral, buzz marketing...).

De todas formas no tengo una visión tan negativa de la publicidad, ni siquiera la tengo del consumo... Incluso los que manejan los sistemas de control social, pueden terminar siendo víctimas o cautivos de su propia posición.

tzesire dijo...

RE azri3l: mejor no estar en ciertos targets. esta palabrita me recuerda cierta anécdota aqui en Barna: en vez de preguntarme el tipo de chico que me atrae me dijeron: ¿cual es tu target? lo que vendría también a decir ¿a quien te quires vender? creo que nunca me habían tratado de una forma tan explicita como una mercacía (aunque lo sea).

RE l´escorxador: gracias por el comentario a un texto de escasa orginalidad y simple autojustificación.

si no podemos leerte en un espacio propio habrá que brindarte controversias.

tines razón. hay tantas realidades como visiones desde las que se analice la sociedad.
sólo queria constatar que la publicitaria no es una dimensión ficticia del plano comunicativo, sino más bien una dimensión en la que vivimos y de la que formamos parte como un engranaje más.

por cierto, la publicidad recurre, teóricamente, a la sociología para comprender el funcinamiento interno de su motor, la sociedad (aunque estudiar la "Democracia en América" de Toqueville tal vez no sea el mejor de los métodos ;)

Tal vez en el fondo no nos entendemos nada y por eso recurríamos a las cervezas y al fútbol.

Anónimo dijo...

No importa el partido si en las gradas hay color, alcohol y borrachera, pelea y discusión!!!