viernes, 2 de marzo de 2007

Un sonrisa en el metro

Hace un par de meses yendo a trabajar me sonrieron en el metro.
Eran las 8:45 de la mañana y la línea azul iba llena de gente pero no tanto como de costumbre. En medio del vagón dos señoras iban hablando de ésta, de aquella y de la de más allá. Tras fijarme en ellas y escucharlas un poco aparté la vista pensado "madre mía, pareja de marujas, cotorras y criticonas" y justo un chico enfrente estaba mirándome y me sonrió al ver mi reacción, y a mi me salió la sonrisa del alma.

Cuando llegas de fuera al principio el metro puede resultar fascinante. Observar a todo el mundo, ir bajo tierra, moverte por los agujeros de gusano de la gran ciudad. Poco a poco la rutina te va atrapando e intentas mantenerte fuera de la masa zombie que te rodea. Mantienes los ojos abiertos, sigues mirando atento y descubriendo los mil detalles en los que te puedes fijar. Pero cada vez es más difícil y un día te ves igual de zombie, abatido tras un día de trabajo, de metros y autobuses de acá para allá, de comer fuera de casa y rápido... Y sabes que el metro a partir de entonces ya no será tan fascinante.

Sin embargo decidí que no tenía que dejar que me atrapara. Ahora me subo sin aquella fascinación pero de forma mucho más consciente de todo. Sigo siendo de provincias, sigo mirando a la gente a la cara, a los turistas, a los inmigrantes como yo, me fijo en los libros que lee la gente...

Y ese día alguien también iba despierto, también iba mirando y escuchando, a las marujas, pero también a mi, yo era parte de "su" metro. Al bajarse se despidió. Y yo me fui contenta a trabajar, orque alguien me había sonreído en el metro.

1 comentario

David dijo...

lo admito: soy un zumbie del metro, casi siempre voy con mi iPod en mi mundo... me aislo y solamente pienso en mi parada. Pero a veces pasan cosas interesantes o entretenidas que te sacan del letargo, de vez en cuando no puedo dejar de bajar el volumen de la musica para poder cotillear lo que dicen las marujas del asiento de al lado ;)